"Una alternativa para la habitabilidad comunitaria"

Reseña escrita por la Arq. Minerlava Alexis Cabana Ñaño.

¿Estamos realmente preparados y comprometidos para ser partícipes de los nuevos cambios que se han generado a partir de la nueva arquitectura?, la formulación de una idea o concepto que se desarrolla en el proceso de diseño, ha permitido durante décadas dar respuestas y soluciones óptimas a los problemas que se han generado en ciudades y centros poblados. El arquitecto Giancarlo Mazzanti en una reciente entrevista, expone la arquitectura como un acto de transformación optimista que construye al bienestar social, y sucede que la arquitectura es más que “el arte de proyectar”, siempre hay algo más que nos inspira a involucrarnos con la gente, sus costumbres y su estilo de vida. Por otro lado, el arquitecto Alejandro Aravena, nos muestra un enfoque participativo con la comunidad a través de la vivienda y proyectos de intervención urbana, dónde el proceso de diseño nace a partir de la arquitectura social. La nueva arquitectura que nos rodea parece tener buenas intenciones asociadas al desarrollo de espacios sociales y habitables, que permiten la manifestación de diferentes actividades en relación al aspecto social, cultural y político; siendo la política como un proceso de toma de decisiones en beneficio de la población, importante en el desarrollo de una ciudad. Sin embargo, cabe señalar que, la nueva arquitectura o arquitectura social, no es más que un reflejo del génesis arquitectónico, desde los primeros tiempos el hombre al crear su propio refugio e interactuar con otros hombres que realizaban la misma actividad para sobrevivir, realizaban arquitectura social. Por lo tanto, es erróneo decir, que actualmente se reproduce algo diferente; sin embargo, lo interesante es que el sentido de convivencia y pertenencia es más evidente cuando la gente, su historia y su valor cultural es expuesto a través de la arquitectura social, lo cual se ha podido resaltar en el honorable trabajo que ha realizado el estudio de arquitectura Nodopía, en el proyecto DIGAMBARA ASHRAM - Casa de Acogida y Desarrollo para los niños de childsrigths, ubicado en Pushkar - India , siendo el orfanato parte de una iniciativa de arquitectura promovida por la ONG CHILDSRIGTHS, que mediante sus espacios de interacción social fomentan la inclusión, el respeto y la aceptación. Asimismo, el orfanato se emplaza con su entorno próximo y genera un cordial respeto por su paisaje natural. A través de la arquitectura social, los niños y jóvenes tienen la opción a una vida digna y ser partícipes de actividades comunitarias, educativas y ser parte de su propia riqueza cultural a través de los colores naturales y texturas que se exponen en el proyecto. Oportunamente, durante el proceso de estudio, hemos podido observar las diferentes escalas en que se ha enfrentado la arquitectura, desde edificios de gran magnitud que han generado una ruptura urbana hasta edificios precarios dónde la integración espacial e interacción social ha sido opacada por la inconsistencia del diseño arquitectónico. Entonces podemos aducir que la arquitectura social es el punto intermedio que nos apertura hacia una alternativa potencial para la habitabilidad comunitaria. Actualmente nos enfrentamos a un sistema dual, dónde la arquitectura tiene que ser parte de la comunidad y la comunidad ser parte de los beneficios que es capaz de aportar el diseño arquitectónico, surgiendo como desafío el generar calidad de vida en campo a partir de los conceptos y bocetos que se trazan en un papel.

*Esta es una reflexión propia, se acepta y respeta diferentes posturas sobre el diseño y la identidad arquitectónica, siendo la arquitectura un campo abierto para la difusión de ideas y perspectivas.

- Fuente:

https://nodopia.com/portfolio/arquitectura-social/

El proyecto DIGAMBARA ASHRAM - Casa de Acogida y Desarrollo para los niños de childsrigths, ubicado en Pushkar - India , el orfanato es parte de una iniciativa de arquitectura promovida por la ONG CHILDSRIGTHS.

Mediante sus espacios de interacción social fomentan la inclusión, el respeto y la aceptación. Asimismo, el orfanato se emplaza con su entorno próximo y genera un cordial respeto por su paisaje natural.

El sentido de convivencia y pertenencia es más evidente cuando la gente, su historia y su valor cultural es expuesto a través de la arquitectura social.

A través de la arquitectura social, los niños y jóvenes tienen una opción a una vida digna y ser partícipes de actividades comunitarias, educativas y ser parte de su propia riqueza cultural a través de los colores naturales y texturas que se exponen en el proyecto.