Reseña escrita por el Arq. Bryan Rodriguez Santos
Es curioso como la base argumentativa de la arquitectura se ha visto afectado por la misma ilusión artística del arquitecto, y es que la forma en la que se ha estado ejecutando la arquitectura contemporánea ha sido mediante una única expresión de conceptos, sin llegar más allá del interés expresivo del propio profesional y eso sin mencionar, claro, la gran falta política de las mismas, falta que no solo en este siglo se ha estado padeciendo, llegando de esta manera a que veamos hoy, edificios con forma extrañas y extravagantes, que más allá de ser un aporte socio-cultural, son una especie de divas de concreto en medio del contexto urbano; sin duda un problema que no todos quieren notar o del que se quiera hablar, debido a la intolerancia a la argumentación de ideas, y al facilismo del conocido “Es que es un objeto artístico”, aunque en el fondo nadie lo haya entendido, es por esto que en este escrito planteo la importancia de la política arquitectónica, respondiendo las siguientes preguntas como guía y fuente para la opinión; ¿Qué es la política Arquitectónica? ¿Cuál es la finalidad de esta? O hasta ¿Cómo se puede ejecutar?
El primer acercamiento que tuvimos con este este término, fue en la universidad, a través del conocido “análisis de contexto”, un partido que muchas veces se tomo como un agregado del rotulo de clase, sin embargo, el objetivo de esta práctica era acercarse a la realidad del lugar donde se hará la nueva arquitectura, y es que en primera instancia, el rol del arquitecto es la de ser un causante motivador, ¿qué quiero decir con esto?, pues que como sabemos un edificio afecta de forma positiva o negativa un espacio urbano, potenciándolo o quebrándolo parcial o completamente, es por ello que el trabajo del arquitecto es prever la influencia que tendrán los objetos y espacios planteados para con la gente que lo habita o lo hará en algún momento; sabiendo que los usuarios viven una realidad compleja y única a la vez, y es justamente a este proceso de conciencia y decisión, a lo que se le nombra como política arquitectónica, siendo esta la postura ideológica que el arquitecto toma como eje guía para sus decisiones, decisiones que tiene que basarse en una realidad concreta, que a su vez se convertirá en un argumento artístico y arquitectónico; y es justamente a esta premisa donde Bruno Zevi agrega que: la arquitectura debe ser una fuente de información tridimensional, pues el hombre habita en tres dimensiones, y en cada parte de ese lugar siempre reconoce su historia; entendiendo que no basta solo con analizar por fuera las situaciones que pasen en la vida humana de un sector, sino que el arquitecto debe ser consciente que la arquitectura debe reflejar esa capacidad para generar o adaptarse a la historia socio-cultural de un sitio, más conocido quizá como los famosos nichos arquitectónicos.
Entonces sabiendo lo que es el partido arquitectónico, ¿Cuál sería su finalidad?, pues la finalidad de esta es la de maximizar la postura ideológica dentro de un punto urbano, es decir la de efectuar correctamente una fuente de motivación arquitectónico, hecha a través del internamiento social y cultural, sin dejar fuera la historia, sirviendo así, como un ordenador inteligente dentro de la ciudad, dotando a la arquitectura de un argumento sensato y real para su emplazamiento y usuario. Esto claro como un aspecto teórico, sin embargo, en lo personal agregaría también un aspecto de identidad arquitectónica, esto como un rector del diseño mismo, pues la cultura se expresa también a través de sus formas y colores, sería lógico reconocerlo dentro del proceso investigativo de la política arquitectónica.
Respondiendo finalmente a la pregunta de ¿Cómo se podría ejecutar?, pues existen muchas formas para llevarla a cabo. Una de estas es la del reconocimiento, seguimiento y elaboración, de seguro lo habrán oído en algún momento; una estrategia que se basa en la investigación profunda de la vida en un sector, exponiendo resultados económicos, sociales, culturales y hasta históricos. Otra forma que se usa muchas veces en los últimos ciclos educativos, es el conocido FODA, una estrategia ordenada para recolectar información y contraponerla, un proceso que ayuda mucho en la toma de decisiones, y que aporta en situaciones como estas. Y, por último; el análisis de contextos, explicado ya en el inicio del escrito, a fin de muchas otras alternativas.
Como habrán notado titulé este escrito como “La política arquitectónica como una fuente de desarrollo socio- cultural para la ciudad”, pues considero que la política arquitectónica es un camino de investigación que resultaría positivo para la ejecución de proyectos; pues su objetivo es la de maximizar la investigación y la coherencia arquitectónica, cosa que hace mucha falta en los diseños actuales de la arquitectura, por ello recomiendo que para poder ejecutar un proyecto no solo velemos por el sentido artístico del mismo, sino también por una coherencia argumentativa para con el lugar donde se va a realizar y el usuario al que va a motivar, quizá así mejoremos y cambiemos el rostro de la ciudad donde vivimos.
Arq. Bryan Rodriguez Santos |
Co-Fundador, encargado de publicidad y Revisión de contenido para Lo-fi Magazines.
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