Escrito por el politólogo Álvaro Giraldo
Las encuestas de aprobación a las instituciones de representación política dan evidencias de una crisis de representación política. Y una de las explicaciones que se suelen proferir, es la que los electores no saben elegir bien a su candidato. ¿Pero hasta qué punto es esto cierto? En el anterior título “No es cierto que no sepamos votar” escrito por mi colega Manuel Sánchez, pudo dilucidar ciertos aspectos de nuestro sistema electoral que escapan a nuestro control; como es el caso de la fórmula para la distribución de escaños al congreso y la barrera electoral que deben alcanzar las organizaciones políticas para obtener un escaño. Sin embargo, esta no son las únicas consideraciones que se deben tener en cuenta. Así que este escrito tendrá la intención de ampliar el análisis de la injerencia del sistema electoral sobre el voto.
Primero definiremos a la representación como la identificación de los lectores con los candidatos. En este sentido, éste último debe compartir ciertos rasgos que permita esa identificación con sus representados, como podría ser aspectos socioeconómicos, culturales, valores, etc. En este sentido, podríamos considerar ciertas características de nuestro sistema electoral que impida o disminuya la capacidad de los electores para elegir a un candidato con el cual se identifique. Debo aclarar que aquí solo nos centraremos en cómo la caracterización del sistema electoral puede afectar la legitimidad por representación, que es la base de la democracia representativa. Teniendo que aclarar que existen otras dimensiones que pueden brindar legitimidad.
En primer lugar, debemos considerar el hecho de ¿Cómo se eligen a los candidatos? O mejor dicho ¿quién los elije? Para poder responder a esta pregunta, empezaré con un ejemplo. En Estados Unidos existen las primarias y los “caucos”; los cuales permiten a los electores seleccionar a los candidatos que participarán en las elecciones Generales. Este es un mecanismo que está destinado a evitar que los candidatos de un partido político sean elegidos por un grupo reducido o poco representativo de la sociedad. Debo aclarar que en estas elecciones participan todos los electores sin necesidad de que militen en un partido en particular. En Latinoamérica, no tenemos la costumbre de elegir a nuestros candidatos; estos son elegidos por los propios partidos, los que pueden elegir a su candidato a través de mecanismos democráticos al interior del partido, como la participación de sus bases o hasta por la designación por parte del líder del partido. Debo en este punto aclarar que Las Primarias, no solo obedecen a la caracterización del sistema electoral estadounidense, sino también a la caracterización de su sistema de partido y de sus partidos políticos. El cual es distinto al de otras regiones del mundo. Sin embargo, se debe poner en relieve el hecho de si tener al margen a la población de la selección de sus candidatos afecta al principio del sistema democrático representativo.
En segundo lugar, es responder a la pregunta ¿por quién votamos? ¿Por personas o por listas? Esta pregunta se responde en la cédula de votación y en cómo se nos permite votar. La cédula de votación tiene una estructura que depende del número de representantes del distrito electoral. En este caso, cuando hay más de un representante, cada organización suele presentar una lista de sus candidatos, los cuales estarán ordenados según el criterio de cada organización política y como vimos en el punto anterior, la lista que presente cada partido puede depender exclusivamente de un grupo reducido bien sea de militantes del partido o de su cúpula o de elecciones primarias. Pero también está el hecho de cómo se nos permite votar, si se dará preferencia a fortalecer al partido o fortalecer la representación. En el primer caso se permitirá votar solo por una lista partidaria, y si se quiere aumentar el margen de decisión del elector; decidir el orden de los candidatos de la lista. En el segundo caso, se podrá votar por candidatos de distintas listas partidarias, lo cual, a comparación de la primera, aumentará el margen de decisión del elector. En Perú tenemos el voto preferencial, el cual nos permite votar por dos de nuestros candidatos favoritos de una única sola lista; esto quiere decir que en Perú se da preferencia al fortalecimiento de las organizaciones políticas más que a la representación.
Me he enfocado en estos dos aspectos: La selección del candidato y la forma en como votamos por dos razones: 1) Son situaciones que parecerían estar más controlados por los electores y 2) Por su mayor injerencia en la representación política. Lo que implica que de haber cambio, deberían empezar por estos dos puntos, si es que se quiere mejorar la democracia representativa.
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