Reseña escrita por el Arq. Bryan André Rodriguez Santos
¿Qué es la extravagancia? Según el diccionario de la Real Academia Española, es aquello que se se hace o dice fuera del orden común, aquello que es catalogado como raro, extraño o desacostumbrado, sin embargo, para mi tiene otro significado, y pues ese significado lo explico con un solo nombre: Martha Minujín. Dentro del ámbito artístico latinoamericano ha habido muchos exponentes que se han caracterizado por haber expuesto sus ideas de forma única y original, pero creo que ninguno como esta artista argentina, nacida en el año 1943 en la ciudad de Buenos Aires, esta artista desde muy joven supo lo que quería hacer con su vida, y esto era ser y hacer sentir a la gente libre de todas sus ataduras, Según sus propias palabras el arte no debe estar en un plano común, pues todo a nuestro alrededor es arte, la vida misma es arte, por ello debemos vivir el arte de nuestro entorno, un arte en tres dimensiones. Dicho que expresa de forma muy acertada todo su trabajo artístico, sin embargo, como es común, ustedes se preguntaran, pero ¿Qué es lo que hace a Marta Minujín tan especial? Es por ello que en esta reseña tratare sobre su obra y expondré 2 de sus trabajos con la finalidad de expresar de mejor forma los pensamientos de esta maravillosa artista.
Desde los inicios de su carrera como artista, Minujín tuvo la suerte y dicha de haber estado en muchos de los sucesos históricos del arte mundial y no solo como espectadora sino como influencia de las mismas, trabajando codo a codo con los mayores precursores, pudo ser parte de estos movimientos, tales como el por art con Andy Warhol, pasando también por el arte ambiental, el nuevo realismo y los happening de Francia, además de muchos otros en los que trabajo y tuvo contacto; y es justamente en medio de toda esta experiencia donde el trabajo de Marta cobra mayor relevancia en el mundo del arte internacional, siendo estos algunos ejemplos: Repollos y Toronjas en 1977, El obelisco de pan dulce en 1979 y Carlos Gardel de fuego en 1981, El Partenón de libros o el obelisco acostado de 1979, a fin de muchos otros ejemplares esplendidos, sin embargo hay 2 obras que creo capturan de mejor forma las ideas revolucionarias y extravagantes de Marta Minujín, el primero es “La Menesunda” en cooperación con Rubén Santantonín, una obra enfocada en generar un recorrido a través de espacios y escenarios con cualidades únicas, espacios que se caracterizaban por su impacto y sorpresa, donde en medio de tu recorrido podías encontrar cuartos de cristal con papeles fluorescentes hasta un ambiente con una pareja encamada, ideas que para aquella época podrían ser catalogadas como tabúes, pero que esta artista demostró y expreso con la mayor libertad, generando así un revuelo e hito para la historias del arte argentino, ser irreverente muchas veces puede ser perjudicial para un artista, pero para esta maestra es la esencia misma de sus pensamientos, colores y luces por todo los caminos y una muestra cruda de lo que es sentir el arte mismo, el segundo que es uno de los mas curiosos a mi parecer es el nombrado “destrucción” en esta obra Marta genera decenas de obras de únicas que termina al final quemándolas todas a la intemperie para que la gente la observe y lo viva, así sin más, quemo todas sus obras, una acción que podríamos percibir como extraña pero que tiene una carga conceptual muy grande, demostrando de esta forma que las capacidades artísticas de Minujín son muy amplias, la racionalización de la conservación y cuidado es una metáfora que ella destruye, pues el arte para ella esta en la vida misma y no en lo únicamente material, generando con esta obra un impacto muy grande y valiéndole la vista de muchos exponentes de la época. ¿A que quiero llegar con estas 2 obras? Pues para entender mejor la obra de Marta debemos primero entender que es el arte en sí, para mí el arte es la muestra y exposición de los sentimientos, una fuerza única que atrae el espíritu humano y lo transforma es una experiencia inolvidable y para mi esta artista genera todo ello, la extravagancia hecha un ser humano, la irreverencia adoctrinada como una idea de vida, una conciencia real y absorbente y un tipo de arte que sobre sale por si mismo, Marta Minujín es una artista única, sus colores, sus esculturas, sus pinturas no solo son una muestra de conceptos sino un autorretrato de la misma artista, sin duda es muy interesante, por ello los invito a investigar mas sobre su trabajo, aunque en esta reseña eh mostrado apenas el 5% de su obra, les prometo que se llevaran grandes sorpresas, y recuerden que el arte esta en todos lados y no solo en un cuadro colgado en un museo.
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-Reflexión escrita por: @santosrbz
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-Fuente:
Arq. Bryan Rodriguez Santos |
Co-Fundador, encargado de publicidad y Revisión de contenido para Lo-fi Magazines.
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