Julia Codesido, “La expresión del indigenismo”.

Reseña escrita por el CC.PP y Gobernabilidad Álvaro Giraldo:

En 1976 se galardonaba a Julia Codesido con el Premio Nacional de Cultura por su trayectoria artística y su incuestionable aporte al arte pictórico peruano. Pero este reconocimiento fue uno de los muchos, que ganó tanto en los círculos intelectuales nacionales como en los internacionales. Su arte formó parte de exposiciones alrededor del mundo, como Inglaterra, Francia, Brasil y México. Siendo en este último muy valorada por los pintores del muralismo mexicano, una corriente pictórica que surgió inmediatamente después de la revolución de 1910, y que consideraba a la pintura como difusora de una identidad nacional latinoamericana. Es en este contexto en el que Julia Codesido tiene ese impulso internacional, pues como lo diría Fernando Siqueiros “Julia Codesido posee todo cuanto es indispensable para realizar la gran tarea del Arte Revolucionario Americano, tal como demuestra su presente exposición. En ella encontramos la energía y la penetración expresiva que es fundamental. (…) Por esto su exhibición es de enorme importancia. Es el mejor ejemplo que nos ha llegado de la pintura sudamericana y es un vigoroso contacto con nuestro movimiento en el momento de sus grandes rectificaciones”. ¿Pero qué hacía tan especial a Julia Codesido? Pues para empezar fue una de las primeras mujeres artistas pictóricas en el país. Que estuvo a la cabeza de la vanguardia que se vivía en ese entonces en el Perú, representado por el movimiento político, social y cultural llamado indigenismo. Que tenía por objeto reivindicar el papel del indio peruano en la sociedad. Este movimiento se formalizaría a partir de 1930 pero que viene precedido del proyecto político Patria Nueva, impulsado en el gobierno de Augusto B. Leguía (1919 – 1930) para revalorar al indígena como protagonista de su realidad. Este periodo conformaría el contexto de la formación de Julia Codesido, que en 1919 ingresó a la recién inaugurada Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA). Y que bajo la dirección de José Sabogal en 1931, el indigenismo pasó a tener un mayor impulso en los canales artísticos oficiales. Codesido fue discípula de Sabogal, pero pronto mostró un estilo propio que como describiría Luis Alberto Sánchez mostraba una fuerza y una delicadeza poco visto en pintores peruanos hasta ese entonces. Y es que supo expresar a través de sus pinturas de colores vivos y gruesas pinceladas, el carácter, la emotividad y la realidad del indígena, que según sus palabras era una “revelación humana de fuerza, resignación, paciencia y fe. Su inteligencia ancestral es desbordante. Un gran hombre de ciencia de nuestro mundo intelectual que lo ha estudiado a fondo, dice que se elevan sus virtudes a un nivel respetable. Hoy mismo nos traza enseñanzas sorprendentes, tanto en el terreno práctico como en el científico, espiritual”.

Y es en estos momentos, donde debemos pensar que tan legítimo es censurar comportamientos que lejos de forjar una identidad nacional, con todos sus protagonistas incluidos, nos distancian de ese objetivo. Quizás la revalorización de artistas como Julia Codesido podrían, hacernos repensar cómo nos acercamos a doscientos años como república, en el que se ha marginado no a la minoría como sucede en otros países, si no al gran grueso de la población peruana.