Reseña escrita por el Arq. Bryan André Rodriguez Santos
En mi etapa de estudiante recuerdo haberme hecho muchas preguntas sobre la arquitectura y como es que esta puede ser tan maravillosa para el ser humano, y es que en una forma fácil de decirlo, la arquitectura es una fuente de crecimiento natural, debido a todas aquellas características racionales y orgánicas que la componen, y no es para menos, la historia humana se ha visto desarrollarse en ella, cada parte de la historia posee un momento de expresión arquitectónica, ya sea por las monumentales construcciones romanas y griegas, o como en las reconocibles ornamentas de la arquitectura renacentista, cada una de ellas pertenece a un tiempo, lugar y usuario único, y así como en estas épocas, la arquitectura durante muchas décadas se ha desarrollado con grandes cambios pero siempre recordando cuales son sus orígenes, pero no es hasta la llegada de la arquitectura moderna donde podemos ver un cambio rotundo de esta situación, un salto enorme entre la historia y la innovación, apartándose ambas y desligándose con la promesa de una revolución humana y arquitectónica; pero ¿Cuáles son las consecuencias de este desprendimiento? Existen muchas consecuencias, que dependiendo del punto de donde se le vea puede ser bueno o puede ser malo, sin embargo, en lo personal hay una característica que creo ha cambiado la forma en la que vemos hoy en día la arquitectura, y este es “la memoria”, ¿A que me refiero con la memoria? Me refiero a esa cualidad única de la arquitectura de sentirse perteneciente a un tiempo, lugar e historia, Le Corbusier decía que la pertenencia era parte de la naturaleza humana, hacer suyo un espacio hacía sentir al hombre seguridad y sobre todo existencia, pero a pesar de ello y de esta filosofía, la memoria, la pertenencia y la historia se ha ido olvidando por dar lugar a la revolución, una revolución fabricada, con repetición y sencillez que hace ver a la arquitectura como un producto industrial mas que como una expresión humana, y aunque esta reseña no va dirigida como critica a la arquitectura moderna, si es preocupante seguir viendo obras sin espíritu, sin origen, sin pertenencia y sobre todo sin memoria.
¿Qué podemos hacer para que nuestra arquitectura tenga esta cualidad única?, pues lo primero que tenemos que hacer es quitarnos esos prejuicios dogmáticos que nos han impuesto durante muchos años, luego buscar entender los factores que compondrán nuestro diseño, el lugar, su historia, el barrio, la cultura, el clima y el usuario, estas variables son una fuente de información inmensa, con la que haciendo un volumen volado y una puerta de madera no va a solucionar su necesidad, como tercer paso recomendaría investigar factores sociales y culturales, en su música, en sus festividades, en los colores del lugar, en la vegetación, todo esto con la finalidad de recolectar toda la información posible, pero lo mas importante considero es vivir la experiencia del lugar, pues la memoria es una cualidad sensitiva que no se puede percibir solo en fotografías o desde la pc, por ello es sumamente importantes que el arquitecto absorba esta información a través de su experiencia, con estos pasos podremos generar diseños mas lógicos, con mayor oportunidad de desarrollo de identidad, fomentando la adaptación y el reconocimiento de un hogar real para nuestros usuarios.
En este ultimo apartado de este escrito, quisiera hablarles de la sensibilidad de expresión a través de la memoria, y es que como lo dije antes la memoria es una factor sensitivo, por lo que sentirse identificado con un edificio puede llegarse a ver como una locura, sin embargo existen muchos casos en los que la misma obra logra adentrarse psicológicamente en la memoria del usuario, elementos como el sonido del agua, el olor de alimentos, algún aroma, el sonido de la lluvia, el calor, la luz del sol, el viento, la bulla de la gente, el grito y risa de los niños, todo esto son como puntos que deben unirse en la memoria del ser humano (recuerdos), como arquitectos debemos tener en cuenta también estos factores, recuerden que la expresión no solo se ve en los trazos que hacemos sino en los componentes que usamos para poder dar ese mensaje de vida hacia nuestros usuarios.
“La esencia del construir es el dejar habitar. La construcción debe respetar el lugar, el mundo, la tierra donde nuestra determinada forma de pensar tiene sentido […]”
0 Comentarios