Reseña escrita por la Arq. Minerlava Alexis Cabana Ñaño.
La discusión de la calidad del espacio arquitectónico – público, como uno de los principios más importantes en la proyección de una propuesta arquitectónica, actualmente carece de sostenibilidad, honestidad y sentido de inclusión. Recorrer una de las avenidas más importantes del centro de Lima, nos evidencia grandes edificios individualistas, enaltecidos por su escala y aislados de su contexto. Una escala que no está a la altura de los ojos de la gente. Mediante la evolución de la arquitectura, se sabe que tanto los edificios como el espacio público, han estado en un constante cambio; y a pesar, de que se ha vinculado las condicionantes como espacio y función, complementos necesarios para la valuación de la calidad espacial pública, hemos fallado en cuanto a las verdaderas necesidades de la gente. Al evaluar la teoría, del arquitecto GORDON CULLEN quien deduce que, las calles son para recorrerlas e interactuar en sus espacios públicos, y a la vez el sustento del arquitecto IAN BENTLEY, investigador internacional en el área de diseño urbano quien sustenta que, la arquitectura diseñada influye en lo que se puede hacer y no se puede hacer; por ello, el edificio tiene que ser permeable para que se logre un entorno vital. Puedo argumentar que los principios de diseño arquitectónico, son los mismos principios que deben aplicarse en el diseño público. ¿Por qué?, porque durante mucho tiempo en las escuelas y talleres, hemos aprendido a diferenciar lo arquitectónico, como interior, lo que sucede dentro del edificio y el espacio público como una entidad que debe adaptarse al mismo, lo cual ha permitido crear una brecha virtual bastante pesada de exclusión; sin embargo, la realidad actual nos evidencia lo importante que es saber tanto lo que sucede adentro de un edificio, como lo que sucede en el espacio público. Marcar una diferencia entre arquitectónico y público, nos ha conllevado a dar una mayor prioridad en el diseño de los edificios; sin embargo, no existe una diferencia, ambos se complementan y aplicar lo “arquitectónico”, como arte de diseñar en el espacio público, nos puede aproximar a mejorar no solo el espacio público sino las ciudades y ofrecer mejores oportunidades de vida para las personas y facilitar el desempeño de las diversas actividades humanas, necesarias para su desarrollo social y cultural.
Por lo tanto, implementar las mismas estrategias del diseño arquitectónico en el diseño del espacio público, nos apertura una serie de opciones en cuanto la calidad de diseño que ofrecemos para mejorar la calidad de vida de la gente, a partir de las texturas, colores, arborización y mobiliario, siendo un conjunto de herramientas importantes para el desarrollo vital en la vida de los seres humanos.
Arq. Bryan Rodriguez Santos |
Co-Fundador, encargado de publicidad y Revisión de contenido para Lo-fi Magazines.
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