Reseña escrita por el Arq. Bryan Rodriguez Santos.
Es increíble como el Perú está lleno de matices, hablando claro de la fusión sociocultural que existe en especial en las ciudades peruanas, lugares donde la mezcla racial es clara y donde en cada calle encuentras un tipo de vida diferente, con tradiciones y costumbres únicas, esta mezclas son las que caracterizan al pueblo peruano, sin embargo a pesar de esta múltiple expresividad la imagen de nuestras ciudades carecen de ese matiz, de un color, una representación visual que cuente nuestra historia, y es que es obvio que esta desigualdad se manifiesta debido a la supuesta clasificación socioeconómica, calles centrales mejor cuidadas para un tipo de persona mejor acomodada, y calles olvidadas para aquellos que no tienen y posiblemente no tendrán ese sustento económico. Es aquí donde el arte de Xomatok se presenta, Nacido en la ciudad de lima Jesús Camarena es un artista peruano que desde el 2007 nos deslumbra con sus obras, dedicado al color hoy en día crea murales que sin duda no pueden pasar desapercibidos. Mientas revisaba la obra de los mejores artistas urbanos del Perú, la obra de Xomatok llamó mi atención, debido a su forma de realizar y expresar su concepto de arte, una abstracción conceptual única que genera un impacto impresionante; mediante el uso de una paleta de muchos colores el artista crea obras que visualmente son muy llamativas para cualquier vista, y es que como algunos medios lo dicen, puede o no gustarte los murales de xomatok pero jamás los podrás ignorar. El artista propone a través de sus colores una intensa relación entre un espacio y el ser humano, 2 conjuntos que deben estar siempre en comunicación pero que debido a la cotidianidad se pierden, es por ello que sus obras impactan, porque cualquier persona notara la presencia de ese lugar y lo apreciara, ya sea unos minutos de su vida el objetivo se habrá cumplido, pintando zonas alejadas en las ciudades y pueblos el artista hace énfasis en la vida de aquellos que son olvidados, dándoles felicidad a través de sus prismas, recordándoles que la vida no los ha olvidado y que la felicidad es tan fácil de compartir si se hace con pasión.
La ciudad es un ser vivo y en el urbanismo lo sabemos bien y como un organismo la vida en ella es sistemática muchas veces, la obra de Xomatok demuestra que en un sistema gris la vida pierde su sentido, así como nuestras manifestaciones socioculturales son ricas que nuestra forma de ver el lugar donde vivimos también lo sea, usar la semiótica no solo conlleva a ser claros con lo que diseños en la ciudad, sino también es darle un sentido de vida que no solo afecta a quienes vivirán cerca sino a todo aquel que por algún motivo o casualidad pase por allí. Por todo esto recomiendo ver las obras de Xomatok, en mi etapa como estudiante de arquitectura muchas veces la concepción de como influir en un usuario a través del espacio es complicado de descifrar y ver que con obras como estas se puede lograr es un síntoma de que no hay una sola forma de hacer las cosas. He de recalcar que los trabajos realizados por el artista fueron hechos sin fines de lucro, esto demuestra la gran calidad de persona que es, un regalo para la gente y para quienes lo habitan, un regalo de color, un primas llamado ciudad.
“Lo cotidiano es una mala compañía, es necesario el chispazo de felicidad y color en su forma más simple, ver feliz a la gente sin necesidad de una sonrisa, tanto a niños cuestionándose o ancianos cansados de ello, eso es lo más gratificante que me ha sucedido”.
Xomatok.
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