Reseña escrita por la Arq. Minerlava Alexis Cabana Ñaño.
¿Y si quizás el problema no está en la intención sino en el objeto, lo que se observa? Es una cuestión, que denoto en un papel, cuando pienso en la transformación que ha surgido el arte durante diferentes épocas, y más para acentuar entre el siglo XX y el siglo XXI. Observo una fotografía de una instalación realizado por Marcel Duchamp, “LA FUENTE”. Intento comprender su intención artística conceptual, pero no puedo ser capaz de concebir una sola idea, los paisajes y las líneas han quedado en el pasado y ahora ante mis ojos observo un agradable urinario. Al evaluar la pieza de Duchamp, puedo recrear parte de la historia y la línea tan delgada que existe entre cada época. Comprendo que a veces es difícil lograr atribuir un valor hacia algo que no es capaz de transmitir ninguna conexión intima, una conexión palpable entre objeto y espectador. Lo más probable, al analizar en primera impresión “La fuente” y otras composiciones artísticas conceptuales, es que nuestras respuestas sean negativas y más que un memorable valor, asociemos este tipo de arte conceptual como un insulto a las infinidades de manifestaciones artísticas de la vieja escuela. Sin embargo, cuando se concentra la idea en el proceso del concepto que ha surgido para dar por resultado un urinario en un museo, la pieza “La fuente” renace y es interesante. Porque, su valor no se centra en el objeto, el urinario no tiene magia, es el mismo que se pudo utilizar en una casa o en un centro de recreación, lo interesante es la osadía que Duchamp tuvo al proponerlo en un escenario diferente. Entonces podemos resaltar, que nuestros niveles de percepción de los objetos están en relación al lugar y al tiempo. En la actualidad, numerosos objetos que son de épocas muy antiguas, están en centros culturales y son valorados, no necesariamente porque sea arte, sino porque su permanencia durante cierto tiempo en un lugar, nos hace recordar que estamos en un constante cambio y, por ende, en una constante transformación de ideas y conceptos. Para un cierto grupo de personas, el arte conceptual es un vehículo para la inspiración, porque permite abrir una serie de diferentes percepciones y el rol de “Asumir”, es importante. Pero existe un grupo definido, que lo delata como una carencia artística, un arte al que no se le debe atribuir ningún tipo de mérito, por la pobreza de su estructuración y lenguaje visual. Sin embargo, nuestras comunidades están en la época de la interpretación y la adaptación ha sido difícil para algunos casos. Hablar de arte conceptual, es enfocar un pensamiento libre y comprender la idea conceptual del artista; más que el valor al objeto, lo importante es el proceso de interpretación de la pieza y lo que se asume es aceptable, porque nace a partir de una percepción individual y propia. Quizás es difícil aceptar que cualquier objeto puede ser denominado arte, pero cada persona tiene la capacidad de discernir y diferenciar; asimismo, el arte es como la belleza, es subjetivo, valoramos bello y valioso según nuestra manera de percibir las cosas. Otro ejemplo similar, en el que podemos ver reflejado el arte conceptual es el trabajo que desarrolló Félix Gonzales en una de sus piezas denominada “Perfect Lovers”, dónde expone dos relojes comunes juntos, marcando los mismos segundos, los mismos minutos y la misma hora, ambos sincronizados. Al igual que el trabajo de Duchamp, dónde utilizó un urinario común, los relojes que utilizó Gonzales tampoco denotan un valor, son los mismos relojes que se pueden acceder en una tienda o los que se pueden apreciar en algún lugar determinado. Lo interesante es el concepto y la idea que genera al observar la pieza, y comprender cuál es el propósito real que quiere transmitir el artista. El mensaje que contiene “PERFECT LOVERS”, es más claro que “LA FUENTE”, dos objetos alineados al mismo tiempo, pueden interpretarse como un reflejo de la vida y el amor; los relojes quizás se pueden asociar como a dos individuos que tienen la capacidad de amar y sincronizarse perfectamente, pero si uno de los relojes deja de funcionar o se retrasa por alguna razón o defecto de producto, la magia acaba. Por lo tanto, apreciar el arte conceptual, no solo permite explorar una nueva visión, en realidad nos permite generar una conexión sinuosa e íntima entre la realidad y la fantasía, dando un lugar a la razón, porque mediante el proceso de comprensión de una imagen en un cuadro, una escultura o cualquier instalación artística, se sujetan mucha ideas y pensamientos que hacen que nuestra visión explore más allá de lo común, generando una serie de perspectivas según el comportamiento que adopta cada individuo en relación a sus propias experiencias y conocimiento.
-Reseña escrita por: @byminerlava
-Fotografías extraídas de :
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