Reseña escrita por la Arq. Minerlava Alexis Cabana Ñaño.
¿Por qué el medio natural es una oportunidad para volver hacer arquitectura y arte en el Perú?, es una interrogante que sigilosamente se quiebra, cuando se logra captar en nuestro alrededor un escenario modernista e industrializado que se ha creado en la última década. Desde la invasión de los españoles a nuestra civilización precolombina, la gente, la cultura y el rol de la arquitectura en la sociedad ha denotado un constante cambio y proceso de exclusión de la identidad. Sin embargo, siendo la identidad, un conjunto de sistemas que definen una diferencia en otros, comprendo que el medio natural peruano es una oportunidad con una puerta abierta para volver a repensar y hacer arquitectura y arte; a partir de un ecosistema vivo para la gente, un ecosistema innato y perceptible que constituye al marco territorial peruano.
Somos y pertenecemos del lugar dónde nacemos, de la tierra y del ecosistema que nos da la opción a la vida. Persisto en que tanto la arquitectura como el arte está asociada al lugar e influye en el comportamiento poblacional, mediante aproximaciones hacia la vida cotidiana de la gente común. Sin embargo, tal como lo describe Rafael Freyre “El proceso de la industrialización ha creado que la arquitectura solo sea una identidad abstracta”, una identidad que no es palpable y genera un marco referencial que imposibilita una lectura transparente de la investigación ancestral.
Rafael Freyre, es un arquitecto peruano y un artista que ha logrado captar y palpar la naturaleza en sus propias manos. Su honorable trabajo sustentado en una postura tradicional, a partir de la diversidad cultural y la diversidad natural ha conllevado que su filosofía de diseño esté asociada a elementos naturales principales como el agua y la tierra, y respondan a un estudio constante del ecosistema natural, lo cual nos hace comprender lo importante que es conocer y saber escuchar la tierra nativa y autóctona que se encuentra en nuestro alrededor.
La arquitectura es evidente y al comprender el lugar desarrollamos una relación íntima con cada material que lo conforma. La arquitectura de Freyre se encuentra en un constante movimiento y transformación, porque su forma de diseño no es intacta y modular; es libre, armónica y no está sujeta a los estereotipos modernos industrializados; cada proceso de su trabajo está relacionado a la diversidad que es propio de un lugar, lo cual ha permitido que sea parte de un proceso de experimentación para crear arquitectura y arte con fibras vegetales locales, tales como bambú, junco y totora. Para Freyre, la importancia y esencia que se percibe en la arquitectura, habita en los materiales y en la sintonía que se genera al relacionar el objeto y el paisaje, siendo un vehículo que permite dar a conocer la historia de nuestros antepasados.
Oportunamente, pude reconocer y valorizar el intuitivo trabajo que realiza Rafael Freyre, porque más que un referente, es un autor nativo propio de su misma arquitectura. Su arquitectura, arte y su forma autóctona de generar un diseño diferente, sustentado en la raíz e identidad peruana, nos hace abrir nuevas perspectivas hacia el concepto de diversidad. Asimismo, entender la historia que hay detrás de la cultura de un lugar, posiciona una manera diferente de enfrentar la realidad social, creando un hilo conductor entre naturaleza, cultura e historia. No existe una metodología precisa para aplicar en el campo de la arquitectura, porque cada pueblo tiene una estructura diferente y está en una constante transformación; sin embargo, la composición arquitectónica que realiza Freyre es un ecosistema vivo que está en relación a la complejidad del medio natural, porque el resultado de diseño se integra al lugar y utiliza los recursos naturales propios, generando una conceptualización pura con un lenguaje claro y trascendental.
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