Reseña escrita por Bach. Arq. Bryan André Rodriguez Santos
¿Es posible que el arte urbano sea un poema para la ciudad?, es decir sea la evidencia de la sensibilidad y expresión del mismo pueblo, esto es algo que me preguntaba cuando veía el trabajo de Jade Rivera, pero ¿Qué entendemos por arte urbano?, fácilmente se nos viene a la mente el graffitti que por su categoría de urbano es calificado como un acto vandálico en muchos países de Latinoamérica, por no decir del Perú que como recordaran muchos hace unos años en la ciudad de lima desaparecieron muchos murales artísticos por decisión de la alcaldía de la metrópoli, y claro fueron calificados de improcedentes y de daño a la propiedad privada y pública. Pero entonces ¿es eso el arte urbano? ¿Una simple actividad vandálica?
Nacido en 1983 en Junín y siendo un autodidacta del arte desde muy joven Jade Rivera nos muestra a través de sus obras que el concepto que teníamos de arte urbano está mal entendido, siendo que este arte es una expresión de un mismo lugar, en la que la misma ciudad es el lienzo y los pobladores son los protagonistas, pues para él la vida está llena de muchos momentos memorables y únicos dentro de la ciudad, y esta es la clara situación de expresión e interpretación artística necesaria para definirla como un arte urbano.
Rivera es un muralista peruano que desistió a postular a la Escuela Nacional de Bellas Artes, para seguir su propio camino de aprendizaje, debido a su vida fuera del casco urbano de la ciudad de lima, pudo entender de mejor manera la vida del peruano promedio, reconociendo su naturaleza, sus metas, y sus logros, y es que en el proceso de su aprendizaje entendió y resaltó que el hombre está siempre arraigado a la naturaleza incluso hasta en las ciudades más pobladas, es por ello que una de las cualidades de sus obras es la ilustración de las aves, que para él simbolizan la libertad y el soñar en grande, que como saben esto también es algo que representa muy bien al poblador peruano; y aunque el artista dice que: “Mis pinturas me recuerdan que morimos en cada segundo y nos desvanecemos” nos deja entrever que la vida es temporal pero los momentos son eternos, por ello ilustra a niños pues para él representan la pureza del ser humano en su máxima expresión, en donde los sueños son mucho más fuertes, donde el anhelo de ser feliz es derrochante y donde el volar es posible si lo imaginas.
Las obras de Jade cuentan la perspectiva del autor, para con el lugar y quienes lo habitan, sabiendo entender e inspirar a quienes viven en su lienzo, y resaltando aquello que muchas veces se pierde, me refiero a los sueños y alegrías cotidianas, esta es una práctica que ha llevado a cabo no solo en Perú sino en mucho países como Estados Unidos, Suiza y Francia, y esto claro es debido a su sinceridad expresiva, y su capacidad para revalorar la vida, un don que se ha convertido en su propio sello. Es debido a esto que considero que Jade Rivera además de ser un artista es un poeta, pues cada mural es un poema, un mensaje de cariño para todo aquel que lo vea, un mensaje de inspiración y lucha como si de una doncella se tratase, un poema de amor para la ciudad. Sin duda vale la pena ver el trabajo de Jade, y apoyar por que se respete la obra de los artistas urbanos, que la ciudad no es una propiedad privada sino que nos pertenece a todos aquellos que vivimos allí, y obras como las de jade nos recuerda que luchamos por algo más.
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